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Cosas varias

lunes, septiembre 11, 2006

El valor de la palabra

¡Qué poco vale la palabra hoy en día! Si tuviera el valor que debe de tener, ¡cuántas cosas cambiarían! Podría poner decenas de ejemplos, pero ahora me gustaría hablar de uno que considero de actualidad: el seleccionador de la Selección Española de fútbol, don Luís Aragonés.

Este hombre tendría que saber que ya no puede con esta selección. Ni el equipo confía en él, ni la gente confía en él (en la encuesta en que más le respaldaban un 79% quería que dimitiera), ni él confía en sacar esto adelante. En unas declaraciones a Radio Marca ha dicho que "si fuera por mí no seguiría". Pero vamos a ver, si tú no quieres seguir, ¿quién demonios te obliga a quedarte? Es que esto ya roza el ridículo. Si uno no quiere estar en un sitio, que se vaya. No hay un clamor popular por parte de nadie para que se quede, aparte de la FEF, cuyo presidente le está haciendo un mal a este deporte que poca gente se imagina.

Es cierto que quedan 2 años para la Eurocopa, pero se ha perdido contra el segundo rival más flojo del grupo, un rival que perdió 0-3 en ese mismo campo donde perdió España contra la todopoderosa selección de Islandia. Aragonés demostró en este partido y en el anterior (¿a quién se le ocurre poner a Albelda, un mediocentro defensivo, contra Liechestein que sólo tiene un par de futbolistas profesionales?) que no está capacitado para seguir, porque él tiene una idea del equipo que no se corresponde con la realidad, y él da sitio en el equipo a jugadores que no están al 100%, vetando al juego a los jugadores que están mejor.

En resumidas cuentas, que si este señor tuviera palabra, después del pésimo mundial (solo hicimos un partido bien, contra Ucrania) tendría que haber dimitido. Hay que recordar que nos clasificamos en la ¡repesca! para este mundial, estando en un grupo donde la más poderosa era Serbia, que en teoria tendría que ser inferior a nosotros. Aragonés, por el bien de todos y por el bien de la propia palabra, presenta tu dimisión irrevocable, nada de pensárselo y tirar para atrás. Por el bien del fútbol español.
 

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