Se acabó

Se acabó el verano, almenos para los que estudiamos, para otros aún dura hasta finales de Setiembre o, por qué no, hasta que ellos quieran. Eso significa que ya comienza el colegio/instituto/bachillerato (este es mi caso)/universidad. Yo, si queréis que os sea sincero, tengo ganas en parte de volver, y en parte no. Tengo ganas por los amigos y porque la rutina, por suerte o por desgracia, no me acaba de desagradar. Tengo ganas porque por fin voy a salir fuera de este pueblo a estudiar, y eso me da un poco más de libertad. Y no tengo tantas ganas porque ahora me voy a tener que planificar las cosas y, quieras que no, ya no puedes hacer todo lo que quieres (aunque siempre se dice que hay tiempo para todo yo no me lo acabo de creer).

Pero todo, quieras o no, vuelve y mañana ya volvemos a las clases. No creo que hagamos más que presentarnos y copiar el horario de clases. En realidad 'sólo' estaremos tres horas (8:30 - 11:30) para mañana comenzar ya con lo fuerte. Me tendré que despertar un poco antes de las 7, horas en las que aún dudo que se hayan puesto las calles (por mucho que me insistan que hay vida a partir de las 6), pero creo que valdrá la pena. Me ducharé, sacaré al perro, esperaré a que llegue Jorge (espero que no me tenga que esperar él) y nos iremos hacia el tren con la vista aún borrosa y la mente metida entre la almohada y las sábanas, pensando lo bien que se está en la cama.

Ha vuelto la ¿bendita? rutina.