Viaje a Lérida

Hoy he ido con mis padres a Lérida, para visitar a unos tíos de mi padre. Hemos estado el mediodía ahí y a las 17:30 ya estábamos de regreso. Nos hemos llevado al Floc (apodado Floquito, Quito, Bichón, Cerdito, Rastreador, Tontito...en fin, Floqui) sin saber que lo más divertido del viaje nos lo hubiéramos perdido si lo hubiéramos dejado en casa.

Y es que el Floqui (que cumplía hoy 10 meses y no sabíamos qué regalarle...) ha estado a punto de estrenarse...Al llegar a casa de los familiares nos hemos dado cuenta de que aún vivía su perra. La perra, que tiene 13 años perrunos, estaba algo 'movida' por decirlo finamente (salida coloquialmente). El Floqui, que en principio era gay (yo sigo creyendo que es gay) rechazaba al principio los halagos de la perra (halagos quiere decir que le metía el trasero en el hocico) e incluso lloraba por el acoso.

Pero, pasadas las 2, el Floqui ha sufrido un proceso de activación y de cambio de orientación sexual repentino. De repente ha pensado "Y si esto que tengo va aquí...?" Y ha saltado ferozmente encima de la perra y ha comenzado a ejercitar la cadera (como diría yo: a ritmo de combo). El problema era que a la perra le gustaba que le chuparan, pero eso de tener que hacer ejercicio era una cosa demasiado cansada...y se sentaba al poco, o se movía para hacer que el 'movido' Floc no pudiera consumar el acto. El Floqui lo ha intentado durante tres horas, pero la perra se resistía.

En el viaje de vuelta, Don Floc estaba triste, melancólico, recordando su primer fracaso sentimental. No será el último.

¿Ha sido un buen regalo?