Merendando Puzzles
_Incapaz de decantar tu memoria,
ignoras las mortajas de indecisos sinonimos
que escondidos tras este verso,
Atentan contra tu intimidad_
_Imbécil, si no hay otra palabra.
La habitación estaba repleta de cajas, el aire apenas podía respirar.
Siempre a cierta distancia, las observaba. No quería dejar de oprimir nuestros recuerdos contra mi pecho.
Vivía meses atrás, cuando incluso mi ciudad era diferente, y la lírica de las manos aún no se nos había descompuesto.
El corazón ceñía sus acordes al ritmo del teléfono, sobresaltado con cada timbrazo, en espera de un estimulo que le hiciera palpitar.
Y tu, vaya, comprensible mudez, le abofeteaba, una y otra y otra y otra vez, hasta golpearlo contra la mesilla de noche. Justo al lado del despertador.
Aquello había terminado, y yo era incapaz de asumirlo. No podía determinar tu fin sin el mio, y exiliaba cada una de las ideas que dentro de mi murmuraban lo contrario.
-Siento la tardanza!-
ignoras las mortajas de indecisos sinonimos
que escondidos tras este verso,
Atentan contra tu intimidad_
_Imbécil, si no hay otra palabra.
La habitación estaba repleta de cajas, el aire apenas podía respirar.
Siempre a cierta distancia, las observaba. No quería dejar de oprimir nuestros recuerdos contra mi pecho.
Vivía meses atrás, cuando incluso mi ciudad era diferente, y la lírica de las manos aún no se nos había descompuesto.
El corazón ceñía sus acordes al ritmo del teléfono, sobresaltado con cada timbrazo, en espera de un estimulo que le hiciera palpitar.
Y tu, vaya, comprensible mudez, le abofeteaba, una y otra y otra y otra vez, hasta golpearlo contra la mesilla de noche. Justo al lado del despertador.
Aquello había terminado, y yo era incapaz de asumirlo. No podía determinar tu fin sin el mio, y exiliaba cada una de las ideas que dentro de mi murmuraban lo contrario.
-Siento la tardanza!-
1 Comments:
At 16:29, Anónimo said…
¬¬ Me niego a volver a públicar yo algo ¬¬
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